6 principios para el cambio psicológico

Este artículo pretende ser una reflexión sobre la influencia que tiene el pensamiento en cómo te encuentras. Los psicólogos afirmamos que según pienses, así te sentirás. Las emociones que sientes están directamente relacionadas con tus pensamientos. Las emociones son muy difíciles de cambiar. La buena noticia es que los pensamientos (que las originan) sí se pueden aprender a cambiar, y si cambias los pensamientos, cambias las emociones.

Veamos entonces estos 6 principios para el cambio psicológico:

1. El pensamiento es el principal determinante de las emociones humanas. Los acontecimientos o las demás personas, aunque pueden contribuir, no nos hacen sentir mal o bien, sino que lo hacemos nosotros mismos en función de cómo interpretemos los acontecimientos y las cosas que pasen por nuestra mente.

2. El pensamiento disfuncional o no-lógico es la principal causa del malestar emocional. Es decir, si al ir una mañana al trabajo, te encuentras con que tu coche tiene una rueda pinchada, depende de ti sentirte simplemente contrariado (pensando «qué se le va a hacer, tendré que cambiar la rueda») o, por el contrario sentirte furioso (pensando lo injusto que es, la mala suerte que tienes, etc) o ansioso (pensando que vas a llegar tarde, tu jefe se enfadará, pensará en despedirte…).

De la misma manera, si, ante la existencia de cualquier problema emocional, como ansiedad, agorafobia, problemas de pareja, etc. analizamos lo que pasa por la mente de esa persona en cada momento, veremos cómo lo que se dice a sí misma está provocando que se sienta de un modo u otro y manteniendo su psicopatología.

3. Debido a que sentimos en función de lo que pensamos, para acabar con un problema emocional, tenemos que empezar haciendo un análisis de nuestros pensamientos. Si la psicopatología es producto del pensamiento irracional, lo mejor que podemos hacer es cambiar ese pensamiento.

De hecho, es lo único que podemos cambiar, ya que no podemos cambiar directamente las emociones ni dejar de sentirnos mal sólo porque lo deseemos. Para eso debemos APRENDER A IDENTIFICAR LOS PENSAMIENTOS ERRÓNEOS.

4. Múltiples factores, tanto genéticos como las influencias ambientales (la educación que has recibido, por ejemplo) se encuentran en el origen del pensamiento irracional y la psicopatología. De hecho, los seres humanos, parecemos tener una tendencia natural hacia el pensamiento irracional y la cultura en que vivimos moldea el contenido específico de esas creencias.

5. A pesar de la existencia de influencias pasadas en la psicopatología, debemos prestar especial énfasis a las influencias presentes, ya que son las responsables de que el malestar haya continuado a través del tiempo, a pesar de que las influencias pasadas hayan dejado de existir. La causa principal del malestar emocional no tiene que ver con el modo en que fueron adquiridas esas creencias sino con el hecho de seguir manteniendo dichas creencias irracionales en el presente.

Así, si una persona evalúa su modo de pensar y lo cambia en el presente, su funcionamiento y sentimientos serán muy diferentes. Es decir, no hace falta ir al origen ni descubrir qué sucedió en el pasado, pues podemos trabajar directamente en el momento presente.

6. Aunque las creencias se puedan cambiar, ese cambio no va a suceder necesariamente con facilidad. Las creencias irracionales se cambian mediante un esfuerzo activo y persistente para reconocerlas, retarlas y modificarlas, lo cual constituye la tarea fundamental en la terapia.
Un ejemplo

Supongamos que vas caminando por la calle y ves que un compañero de trabajo se te acerca por la otra acera. Haces un gesto para saludarle, pero tu compañero sigue su camino sin saludarte.

Entonces llegas a la conclusión de que te ha visto pero decidió no saludarte. Puedes incluso asumir que la falta de saludo tiene algún significado personal, que está molesto o enfadado contigo, que no le gustas, etc.

Pero muchas de estas inferencias pueden ser incorrectas (tal vez la realidad es que el compañero iba despistado) y están asociadas con malestar emocional y psicopatología.

Sin embargo, las verdaderas creencias irracionales consisten en la evaluación que hacemos de estas inferencias.

Por ejemplo, si piensas: «no me ha saludado porque le caigo mal y eso me trae sin cuidado», sentirás de un modo diferente que si piensas «no me ha saludado porque le caigo mal, lo que demuestra que no gusto nadie».

Es decir, en este caso, no sólo habrías sacado una conclusión errónea, sino que, además, tu evaluación de esa conclusión también sería errónea.

El trabajo principal de la terapia que realizo como psicólogo en Valencia es llegar hasta estas creencias evaluativas, que constituyen el corazón de las creencias irracionales.

 

Psicólogo Fernando PenaFernando Pena

Psicólogo con consulta clínica privada y profesor de Psicología Clínica en el Instituto Europeo de Formación de Formadores. Director del Máster de Psicología Clínica de la AEPCCC en Valencia. Responsable del consultorio psicológico del periódico Las Provincias. Asesor de psicólogos sanitarios para la Agencia de Publicidad AMA.

E-mail: Fernando@cop.es
Twitter: @Psicoteca

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