Tener unos hábitos de vida poco saludables, nos pasa factura. Es necesario establecernos, y sentirnos cómodos, en una rutina de hábitos que hacen mucho por nosotros. Muchas personas, sienten que la manera en que se alimentan es un problema, les agobia, sienten ansiedad y una emocionalidad negativa, sobretodo vergüenza, que marca sus vidas.

A nivel emocional, estas personas sienten que no tienen control sobre aquello que ingieren, a pesar de que en muchos casos desearían no hacerlo, no controlan sus impulsos, y esto genera ansiedad, rabia y frustración y nuestra autoestima y autoconfianza se ven también afectadas. Cuando no confías en tus actos, el autoconcepto también se deteriora. Como puedes ver, la seguridad y la salud psicológica se pone en entredicho, simplemente por comer de forma menos saludable que otras personas.

Actualmente se considera que la delgadez, debido a los cánones de belleza, es símbolo de éxito personal, y conlleva a que personas con cuerpos reales, se sientan a disgusto con sus cuerpos.  Esto conlleva, una mala relación con los demás: pareja, amigos o familia. Debido a esta situación, se dejan de hacer actividades que antes resultaban atractivas como salir a disfrutar de una buena comida o ir a la playa en pareja.

Por otro lado, es de considerar, que la mala alimentación no genera la misma energía que una comida nutritiva y saludable, y esto genera, entre otras cosas a tener en cuenta, como el aumento de peso, la mala digestión, pudiendo llegar a ser esta, dolorosa. La mala digestión puede degenerar en otras patologías estomacales.

1. Es necesario que se establezcan rutinas: Siempre debemos comer a la hora que toca, es decir, la comida principal entre las 13:00 y las 15:00 horas y la cena entre las 20:30 y las 22:00 horas. De esta forma, acostumbramos a nuestro cuerpo a ingerir en unos horarios preestablecidos, y de esta forma evitar el picoteo entre horas. No hay que saltarse comidas, hay que hacer 5 al día. Es necesario que entre comidas haya horas de diferencia para poder hacer la digestión y por la noche garantizar el descanso.
2. Estructura tus menús y comidas: Dedica un momento de tu tiempo a planificar qué vas a comer y que alimentos llevarán tus platos. No compres alimentos que estén listos para comer, ya que son los más susceptibles de ser devorados entre horas. Compra snacks saludables, que puedas comer si quieres picotear de forma saludable, siempre en poca cantidad. No se trata, ni mucho menos, de no comer nada. Si nuestros platos han sido planeados previamente, serán más saludables que si improvisamos nuestras comidas 10 minutos antes de la hora de comer, ya que movidos por el hambre, cocinaremos más cantidad y más grasa.
3. Evita comer distraído: No comas frente a la televisión. No comas en el sofá viendo una serie en el ordenador. Cuando no controlas lo que comes, porque tu atención se dirige a otra cosa, comerás mucha más cantidad y mucho más rápido, lo que hace que tu sensación de saciedad no sea detectada, o esta se retrase. Si planeas una comida de descanso con tu serie favorita, planifica la escena primero: Pon tu comida en un plato pequeño, con la cantidad adecuada, y entonces, disfruta.
4. No hay prisa: Dedica tiempo a tus comidas, establece un periodo máximo y mínimo para estar sentado a la mesa. La comida no puede pasar por nuestros días como una molestia, sino como un ritual.
5. Haz ejercicio moderado: Es necesario que la alimentación saludable sea nuestra compañera de viaje, pero de la otra mano debemos llevar el ejercicio. La vida sedentaria nos causa multitud de enfermedades asociadas a la falta de movimiento físico y el aumento de peso que esto conlleva.