Ansiedad a todo

¿Ansiedad en muchas situaciones de tu vida cotidiana? No es una fobia. Puede que no sea una fobia social ni una agorafobia. Puede ser una ansiedad generalizada.

Definición

Una ansiedad y preocupación excesivas durante seis meses o más y es difícil de controlar.

La sintomatología es, sobre todo, fisiológica: fatiga, tensión muscular, problemas de sueño, irritabilidad, inquietud…

El trastorno de ansiedad generalizada es uno de los trastornos más frecuentes y el más prevalente junto a las fobias, siguiendo a las depresiones en el número de consultas que hay en atención primaria.

Este trastorno es relativamente reciente, apareciendo en el DSM-III ligado a la noción denominada por Sigmund Freud como ansiedad flotante.

Anteriormente, debido al desconocimiento de los síntomas nucleares, se trataba este trastorno como un trastorno residual.

No obstante, al no coincidir con otros trastornos comenzó a tener identidad propia, convirtiéndose la preocupación en el factor central en el que gira toda la sintomatología de este trastorno.

Lo diferenciamos de las fobias y de la agorafobia por la intensidad de la ansiedad, que, pese a ser intenso, hay ausencia de imágenes mentales, por lo tanto, el grado de ansiedad que se experimenta es menor.

Características clínicas

  • Se puede describir a la persona con este trastorno como una persona ansiosa, y suelen presentar ciertas características de personalidad como perfeccionismo, dependencia y falta de asertividad.
  • La preocupación no es un fenómeno patológico per se (todos la utilizamos), pero pasa a serlo cuando es excesiva e incontrolable.
  • La preocupación se define como una cadena de pensamientos e imágenes de carácter negativo y relativamente incontrolables que representan un intento de los individuos por resolver mentalmente un problema.
  • Las preocupaciones suelen comenzar con una serie de preguntas tipo: ¿qué pasaría si…? Que viene a ser una estrategia que utilizan las personas para la solución de problemas.

Prevalencia y curso

El TAG es el más frecuente en atención primaria, después de los trastornos depresivos (4’6%).

Según los datos de un estudio epidemiológico efectuado en seis países europeos, incluida España, la prevalencia se estimó en 2’8%.

El riesgo de padecer un Tag es dos o tres veces superior entre las mujeres que los varones.

Respecto a la edad de inicio, este trastorno es uno de los que más tarde se desarrolla: entre los 20 y los 25 años, aunque puede aparecer en cualquier momento de la vida.

El curso puede ser crónico y fluctuante, con exacerbaciones asociadas a periodos de estrés y una baja remisión espontánea.

Tratamiento

En todos los casos se emplea la psicoterapia, siendo útiles varias técnicas, entre ellas, la terapia cognitivo conductual.

Esta técnica permitirá entender y controlar las distorsiones que se hacen de situaciones habituales, reconocer y reemplazar los sentimientos que provocan para tener un mayor control, y obtener un manejo del estrés y nociones de relajación.

Como se ha mencionado, siendo un trastorno crónico, la forma de actuar dependerá de la gravedad de este.

Siendo la psicoterapia imprescindible, si los síntomas son más graves e interfieren en mayor medida, se tomará ayuda de psicofármacos para disminuir su intensidad.

 

Guillermo Cao, Colaborador del Centro de Psicología de «Psicología
Calma al Mar», en Valencia.

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