La toma de decisiones para mejorar la autoestima

El proceso de toma de decisiones es uno de los procesos que más se ven afectados en las personas que tienen baja autoestima.

Aquellas personas con la autoestima baja tienen una dificultad grande para tomar decisiones, incluso en cosas sencillas.

Algunos pacientes que hemos tenido en consulta tenían muchos bloqueos cuando había que tomar decisiones. La tendencia natural de las personas con baja autoestima es a bloquearse ante problemas complejos de resolver. Generalmente el bloqueo es tanto mayor cuantos más cambios implica en la vida de la persona que tiene que tomar la decisión. Por ejemplo, si tienes que decidir ir al trabajo en tu coche, o bien en transporte público, el número de cambios que esa decisión va a generar en tu vida son mínimos. Sin embargo, si estás pensando en divorciarte, o en dejar tu trabajo, el número de cambios es mayúsculo, por lo que la sensación de bloqueo es fácil que aparezca, y demores la toma de decisiones por el consumo de energía mental que eso te supone.

 

¿Cuáles son los principales bloqueos en la toma de decisiones que más afectan a la autoestima?

El doctor Jeffrey Z. Rubin, profesor de Psicología en  Tufts University (Massachusetts, EEUU), identificó los principales bloqueos u obstáculos para la toma de decisiones. De ellos, los más relevantes en relación con la autoestima son:

  1. La falta de atención hacia las emociones y sentimientos. Este punto se refiere a la falta de habilidad para identificar y reconocer en nosotros mismos nuestras emociones y sentimientos vinculados con un aspecto en concreto sobre el que tenemos que tomar una decisión. Suele relacionarse con un estilo de personalidad que se ha forjado en ambientes tendentes a negar o bloquear las emociones. Por ejemplo, en niños a los que les han insistido en la idea de “los hombres no lloran”, o “no te rías tan fuerte”, “no tienes por qué sentirte mal porque tu amigo se marche a otra ciudad”. Las emociones cumplen una función adaptativa. Nos ayudan a salir de una situación que nos puede causar daño, y a buscar situaciones que generan bienestar. En la medida en la que no atendemos a las emociones, dificultamos el proceso de toma de decisiones. Las emociones, en ocasiones, sirven de impulso para salir del estado de bloqueo en la toma de decisiones.
  1. Evitar enfrentarse a situaciones problemáticas para no experimentar cierto sufrimiento en el camino hacia la solución. Tomar decisiones implica en muchas ocasiones aceptar pasar por un sufrimiento a corto plazo que nos llevará a una mayor felicidad a medio y largo plazo. Es lo que sucede, por ejemplo, cuando una persona está realmente mal en un puesto de trabajo en el que tiene un contrato indefinido y no lo abandona por no pasar por la incertidumbre que genera el desempleo. Otro ejemplo lo forman las personas que tienen una relación de pareja tóxica, que no abandonan por no tener que pasar por el proceso que supondría volver a buscar una nueva pareja.
  1. No atender a una escala personal de valores. Puede que sea debido a que uno no ha reflexionado nunca lo suficiente en cuáles son sus valores, para ordenar a partir de ahí sus comportamientos de acuerdo a su escala de valores. Conocer bien cuáles son los propios valores facilita mucho la toma de decisiones y evita los bloqueos.
  1. La falta de confianza en uno mismo. Es uno de los principales obstáculos para tomar decisiones. La baja autoestima suele venir asociada a pensamientos del tipo: “No seré capaz”, “no lo conseguiré”, o “no me lo merezco”. Todos ellos son pensamientos inmovilizadores que bloquean la toma de decisiones. La baja autoestima también te lleva a valorar más la opinión de otras personas frente a la propia opinión. Aquí el problema surge cuando la opinión de diferentes personas es diferente entre sí, con lo cual saber qué tienes que hacer es más complejo. O cuando la opinión de los demás es contraria a la decisión que a uno más le apetecería tomar. En todas estas ocasiones se producen bloqueos a la hora de tomar decisiones. Una buena autoestima genera confianza en las propias opiniones, establece una prioridad que enfatiza más el propio punto de vista, y quita valora a la presión social frente a decisiones diferentes a la personal.
  1. Sentimientos de desesperanza. Rubin la relaciona con la depresión y con ansiedad. Afirma que generalmente van juntas. La desesperanza implica tener la sensación de que uno, haga lo que haga, no va a conseguir cambiar nada. Todo permanecerá igual. Por lo tanto uno no se considera agente activo de su futuro. Achaca a la situación, al entorno, a las circunstancias, al pasado, o a otras personas, la imposibilidad de hacer algo que cambie el propio destino.
  1. Temor al autodesprecio por equivocarse. Hay personas con baja autoestima que se tienden a llevar a lo personal el que una solución tomada no haya dado unos resultados óptimos. Se autodesprecian por no haber sabido elegir mejor. Eso les lleva a temer equivocarse de nuevo por no sufrir ese autocastigo. 
  1. Ceguera ante las opciones. Cuando una persona con baja autoestima pasa por situaciones de fuerte estrés, o es altamente presionada o manipulada por otra persona, puede no ser consciente de las alternativas de elección que tiene ante una situación. Se bloquea. En este sentido podemos citar los experimentos de obediencia a la autoridad que llevó a cabo Stanley Milgram. El experimentador hacía que sus sujetos experimentales infringiesen un daño mortal a otras personas, simplemente haciéndoles creer que no tenían otra elección (aunque realmente el daño mortal era simulado).

 

Para superar los bloqueos lo ideal es recibir asesoramiento de un psicólogo especialista en este tema. Te aconsejamos que, ya sea con nosotros, o con otra consulta de psicología, solicites ayuda para mejorar tu toma de decisiones y con ello mejorar tu autoestima.

Fernando Pena. Psicólogo Sanitario en Valencia

Fernando Pena. Psicólogo Sanitario en Valencia