¿Crees que eres totalmente racional? ¡Mira esto!

 

Vemos las cosas, no como son, sino como somos nosotros

Kant

 

 

 

El estudio de los juicios humanos se transformó en 1970 cuando Kahneman y Tversky introdujeron su enfoque sobre heurística y sesgos desafiando los modelos que dominaban en la época estrictamente racionales (Cortada, N.). Kahneman y otros académicos fueron demostrando la existencia de patrones en los que los juicios y las decisiones no se basaban en lo previsible según la teoría de la racionalidad.

Estos autores encuentran que, ante la falta de información, la incertidumbre acerca del mundo o de las consecuencias de nuestras acciones, recurrimos automáticamente a heurísticos (atajos mentales) para simplificar los problemas cognitivos complejos, transformándolos en operaciones más sencillas para procesar. A veces realizando este proceso nos equivocamos, incurrimos en sesgos cognitivos (efecto psicológico que produce una desviación en el procesamiento de nuestra percepción causando una alteración al procesar esta información. En otras palabras, esto aparece cuando sacamos una conclusión incorrecta en una circunstancia determinada en base a factores cognitivos).

Pero lo más interesante es que incluso cuando tenemos datos o información suficiente que permite una evaluación más exhaustiva y fiable seguimos empleando estos atajos cognitivos y seguimos cayendo en una cantidad inmensa de sesgos.  ¿Porqué? Se debe a una necesidad.  Necesitamos liberar la mente de la cantidad de procesos que tendríamos que realizar para cualquier cuestión cotidiana, desde las más sencillas a las más complejas. Imagina tener que valorar racionalmente todas y cada una de las decisiones que tomamos al largo de nuestro día, de nuestra semana, de un mes o toda una vida… Nuestro cerebro no sería capaz de procesar toda la información sensorial que recibe y necesita de alguna forma filtrar de forma selectiva la información que le rodea.

Aquí desarrollamos algunos, de los muchos, sesgos cognitivos que existen y te sorprenderán porque dejan totalmente a un lado los juicios y las decisiones basados en la racionalidad.

Sesgo de confirmación

Tendencia a interpretar, buscar y favorece la información que confirma nuestras propias creencias, pensamientos o hipótesis, al mismo tiempo que intentamos apartar o excluir otras alternativas.

Por ejemplo, a la hora de decidir si debemos dejar de fumar o no sopesamos los pros y los contras, pero no es tan fácil como parece. Caemos en este sesgo agarrándonos a una creencia o información que la respalde (mucha gente fuma y no le pasa nada) obviando en lo posible la información que ponga en duda eso.

Los afines a un partido político buscan medios de comunicación que apoyen a éste, pero raras veces pondrán cadenas de televisión donde se pongan en duda ciertas creencias o pensamientos.  Lo mismo pasa, por ejemplo, cuando los aficionados de un equipo de fútbol cuando buscan información acerca de un partido.

Sesgo de Disponibilidad

Tendencia a sobreestimar la importancia de una información o las probabilidades de un hecho en base a la información que tenemos más reciente y por tanto más disponible. Cuanto más accesible sea un suceso más probable nos parecerá.

Por ejemplo, el accidente de avión de 2015 en los Alpes tuvo una enorme repercusión en los medios, y entre otras cosas, esto hizo que inmediatamente se empezara a cuestionar la seguridad de este medio de transporte que, a pesar de esto, seguía siendo el más fiable. Además, posiblemente mucha de la gente que viajara en avión en esa época sobreestimaría las probabilidades de un accidente.

También la lotería recurre repetidamente a este sesgo mostrándonos imágenes y anuncios donde la persona gana, pero si valoramos las probabilidades reales de ganar, probablemente no compraríamos un décimo.

Efecto Halo

Tendencia a hacer una generalización, de forma errónea, a partir de una sola característica o cualidad de un objeto, marca, organización o persona. Es unos de los sesgos más cotidianos al que nos enfrentamos.

Por ejemplo, si un chef es famoso por hacer un plato en particular, el efecto halo permite a las personas asumir que puede cocinar cualquier cosa con igual habilidad.

Si alguien es muy guapo o atractivo le atribuimos inconscientemente otra serie de características positivas mientras que, si alguien nos parece feo, tendemos a atribuirle características acordes a ello.

Error fundamental de atribución

Tendencia a atribuir los éxitos a factores internos (a nosotros mismo) y los fracasos a factores externos (las circunstancias). En cambio, cuando se trata de otra persona, la tendencia es inversa, atribuimos a la suerte o la ayuda a sus éxitos y a características internas sus fallos.

El ejemplo más común de esto es la explicación que se le da a suspender un examen. Si tienes que explicarle a alguien por qué has suspendido el examen es probable que digas era muy difícil, no tenías un buen día, no tuviste tiempo para estudiar o incluso que el profesor te suspendió. Ahora, si es otra persona la que suspende seguramente pensarías que es un poco vago, que no ha estudiado lo suficiente o que ha pasado de estudiar.

Correlación ilusoria

 La correlación ilusoria es una tendencia a percibir la relación entre dos variables como más fuerte de lo que es en realidad. Es un sesgo muy común y influye a la hora de generar o mantener prejuicios. 

Este sesgo explicaría un pensamiento como “mañana no puedo ponerme estos pantalones porque tengo una reunión importante, y siempre que me los pongo ocurre algo, me mancho, me retraso…”

O las conductas de muchos cantantes, cuando antes de actuar repiten los mismos rituales, por ejemplo, presignarse.

Sesgo de autoridad

Tendencia a valorar en exceso las opiniones de un experto, cayendo en el error de valorar únicamente su prestigio y no sus argumentos.

Esto respondería a porque las empresas o la televisión apuestan en sus anuncios por expertos o famosos recomendándonos sus productos.

Sesgo del Jugador

Si lanzamos una moneda al aire 2 veces y sale cruz, creeremos que aumenta la probabilidad de que en la siguiente ocasión salga cara. Pero la realidad es diferente ya que las probabilidades, según la estadística, siguen siendo del 50%.

Los mismo pasa cuando una pareja desea tener un hijo varón y ya tiene dos niñas. Quizás tiendan a creer que las probabilidades de en el siguiente embarazo se geste un niño son más altas, cuando en realidad son del 50%.

 

Existen muchos otros sesgos cognitivos que nos llevan a cometer una mala interpretación de la realidad volviendonos un poco menos racionales. Y muchas veces, incluso siendo conscientes de su existencia, nuestro cerebro nos sigue engañando. Pero cabe resaltar aquí que no solo los atajos cognitivos son los responsables de nuestra «irracionalidad»a veces. Existen muchas otras variables que influyen en este hecho entre las cuales podemos encontrar por ejemplo las emociones o las distorsiones cognitivas.

Recuerda, el mundo no es como lo ves, sino como lo interpretas.

 

www.miconsulta.es

Eva María Rodríguez Vicente, psicóloga jurídico-forense, colaboradora del Centro de Psicología Calma al Mar, Valencia

 

 

 

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4 Comments to ¿Crees que eres totalmente racional? ¡Mira esto!

  1. Francisco José Teijido López dice:

    Como siempre, tus artículos ilustran sobre los modos en que funciona nuestra mente.
    Hace unos años los estudios de Nordgren le llevaron a establecer su «teoría del pensamiento inconsciente» según la cual muchos procesos mentales relacionados con el pensamiento son inconscientes. Estos estudios han derivado en que incluso la toma de decisiones tiene un componente inconsciente (intuitivo) que se produce un tiempo antes de que se haga consciente. Es decir, nuestro pensamiento inconsciente toma la decisión por nosotros antes de que lo sepamos (seamos conscientes de ella).
    Según Haynes, nuestro cerebro decide unos 7 segundos antes de que seamos conscientes de la decisión. Cuando explico ésto en clase a mis alumnas les resulta tan increíble que tienen tendencia natural a no creerlo (un sesgo de confirmación que anula el sesgo de autoridad inherente a mi papel como docente).

    • Eva María Rodríguez Vicente dice:

      Hola Fran:

      Como siempre, tus comentarios me hacen sentir orgullosa de mi trabajo, gracias. Además siempre los complementas con algún ejemplo realmente interesante. Estos me recuerdan un experimento muy bonito y algo parecido, el de Libet donde se observó que el potencial cerebral de preparación de un movimiento aparecía antes de que un sujeto fuera consciente de que quería mover esa parte del cuerpo.
      ¡Que bonita y compleja es la mente!

      Un saludo

  2. Rocío Bañobre dice:

    Me ha parecido superinteresante este artículo. No sabía lo que comentas Eva y me has hecho pensar un montón y tomar notas. Me encantaría leer más cosas así. Gracias!

    • Eva María Rodríguez Vicente dice:

      Hola Rocío:
      Gracias por tus palabras, es un placer escuchar que alguien ha aprendido y disfrutado con mi artículo. Además ayuda a saber que temas son curiosos para vosotros, los lectores. En alguno de mis siguientes artículos seguiré con esta temática ya que todavía queda mucho que hablar acerca de la racionalidad, y lo que no es racionalidad.
      ¡La mente es increible!

      Un saludo

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