Hipocondría: ansiedad a la enfermedad

Características clínicas

La hipocondría es uno de los trastornos de los que más se habla a diario, aunque sea de manera equivoca.

Aunque en el DSM-IV se incluya dentro de los trastornos de ansiedad, en el DSM-5 se incluye en la antigua categoría de trastornos somatomorfos: los trastornos de síntomas somáticos.

La característica principal de esta dolencia es la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener la enfermedad grave a partir de la interpretación que hacemos de ciertos síntomas.

Dicho miedo es injustificado y la idea de padecer una enfermedad persiste a pesar de que las explicaciones médicas informen de lo contrario.

En la hipocondría, las preocupaciones que tiene el paciente hacen referencia, sobre todo, a aspectos físicos y no psicológicos.

Alguien que padece hipocondría suele llevar a cabo lo que se denomina como doctor shopping, es decir, acudir repetidas veces a consulta demandando un diagnóstico, por lo que estos pacientes suelen traer consigo gastos médicos desmesurados en comparación con dolencias distintas.

Como es lógico, los pacientes suelen presentar frustración y enfado con la atención recibida en consulta médica y se niegan hasta no tener otro remedio, a acudir a una consulta de salud mental.

Todo esto lleva a pensar en obsesiones. Preocupaciones excesivas y persistentes sin base alguna, que siguen presentes, aunque las pruebas médicas apunten la inexistencia de alguna enfermedad.

Sin embargo, las obsesiones tienen un carácter mucho más general, siendo común que alguien con un trastorno obsesivo compulsivo presente más de una obsesión y no relacionada con lo mismo, sino que es más amplio, pudiendo presentar varias obsesiones con la limpieza, o con la limpieza, el contagio, el orden…

Por ello, es clave establecer un buen diagnóstico. La hipocondría es mucho más específica y un TOC mucho más general. En la hipocondría, la preocupación se centra única y exclusivamente en el miedo a padecer una enfermedad, ni siquiera roza una obsesión, ya que, aunque la ansiedad que se presenta es persistente e intensa, no llega a ser intrusiva.

Prevalencia y curso

La prevalencia en general es desconocida, pero en la practica medica se estima que entre un 4-9% de la población lo sufre.

Aunque pueda comenzar a cualquier edad, es frecuente que se presente en los primeros años de la vida adulta y una vez pasada la adolescencia (20-25 años).

Generalmente el curso suele ser crónico con fluctuaciones de mayor y menor intensidad, dependiendo de la comorbilidad con otros trastornos o la personalidad del paciente, pero es posible la recuperación total.

Tratamiento

Los tratamientos que suelen efectuarse con la hipocondría son, sobre todo, relacionados con la terapia cognitivo conductual.

En primer lugar, es importante cambiar las creencias irracionales y la preocupación excesiva en el paciente, por lo que se procede con una reestructuración cognitiva, es decir, hacerle ver al paciente que sus ideas son infundadas e irracionales.

Debido a que estas situaciones de temor provocan ansiedad, es importante psicoeducar al paciente y enseñarle técnicas de relajación (como la relajación muscular de Jacobson).

Puede utilizarse también la intención paradójica e incluso tratamiento farmacológico si la ansiedad es excesiva.

 

Guillermo Cao, Colaborador del Centro de Psicología de «Psicología
Calma al Mar», en Valencia

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