La toma de decisiones y participación en las organizaciones

El primer lugar, sabemos que tomar decisiones significa, al menos, elegir una alternativa de dos opciones posibles. Además, las situaciones en la que pueden tomarse las decisiones son muy diversas, es decir, que en algunas cuando se tiene clara la situación son las que se realizan en condiciones de certeza, pero también hay decisiones que se toman con total desconocimiento de la situación, como las que se llevan a cabo en condiciones de incertidumbre. Las decisiones también varían según el alcance de sus efectos y la extensión en el tiempo.

Por otro lado, sabemos que tomar decisiones puede ser por parte de una sola persona o de varias, por lo que vemos necesario definir y explicar la participación en las organizaciones, ya que, no es un término de un solo significado, por lo que no se puede reducir a conceptos como intervenir, contar, delegar… esto conlleva a diferentes tipos de implantación y desarrollo. Concretamente, algunos autores como Bonavia, 1997; Bonavía y Quintanilla, 1999, describen la participación en las organizaciones como “los diferentes modos en que la distribución del poder en una organización es o puede ser compartida”, entendiendo poder como la “capacidad de ejercer influencia”.

Muchos autores, teniendo esto en cuenta, proponen que la participación es un proceso que sucede en alguna proporción en todas las organizaciones. Por ello, entienden que es un fenómeno continuo, incluso hipotético, que esboza algunos grados en que el poder puede ser compartido entre todos los miembros de una organización. Asimismo, otros autores definen la participación como una intervención estratégica o técnica que conlleva a una redistribución en la manera en que el poder está compartido.

 

 

Las cuatro fases del modelo de H. A. Simon puede facilitarnos, tanto de manera personal como laboral, el proceso de la toma de decisiones:

  • 1ª fase: INTELIGENCIA (¿en qué consiste el problema?). Se reconoce la existencia de un problema o desafío y se inicia la búsqueda de la información disponible. Esta fase termina con la definición precisa del problema de partida (dónde estamos) y los objetivos que se persiguen (dónde queremos llegar).

 

  • 2ª fase: DISEÑO (¿Cuáles son las alternativas?). Se generan las posibles alternativas de acción y se determinan las consecuencias de cara a la resolución del problema y el logro de los objetivos.

 

  • 3ª: ELECCIÓN (¿Cuál es la mejor alternativa?). Se especifican los criterios de elección entre las alternativas y se comparan con el fin de solucionar la situación. Se selecciona de las alternativas disponibles en base a su posible eficacia para resolver el problema y lograr los objetivos.

 

  • 4ª fase: REVISIÓN (¿Es correcta nuestra decisión?). En esta última se considera si todas las fases se han realizado correctamente y si esto ha llevado a elegir la mejor opción.

 

 

Espero que te haya gustado esta pincelada sobre la psicología del trabajo, te dejo otros artículos relacionados:

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Verónica López López

Maestra de Educación Primaria y Psicóloga

Colaboradora del Centro de Psicología Calma Al Mar, Valencia

La vida es ahora

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