Alteraciones de la memoria

Esto he hecho, dice mi memoria. Esto no puedo hacerlo, dice mi orgullo. Finalmente cede mi memoria. Nietzsche (1889)

La memoria no solamente puede estar ausente, puede estar claramente distorsionada. Hay distorsiones que pueden aparecer tanto en la población clínica, como en la población normal. Llegando un punto en el que nos resulta difícil establecer límites claros. En esta ocasión os voy a hablar de las alteraciones cualitativas de la memoria. Los trastornos del recuerdo y del reconocimiento.

Trastornos del recuerdo:

  • “No puedo ubicarle”, “Tu cara me suena”:

Es una paramnesia cotidiana en la que nos encontramos a una persona a la que conocemos pero no sabemos de qué. Esto pasa cuando la vemos en un contexto diferente al que estamos acostumbrados a verla.

  • “Conozco la cara pero no el nombre”:

Reconoces e identificas a la persona, pero no recordamos el nombre. Esto pasa en función de la atención que prestas cuando conoces a la persona. A no ser que tenga un nombre muy poco común, nos fijamos en sus características físicas.

  • Sensación de conocer:

Cuando estamos convencidos de que conocemos o sabemos algo, pero no podemos acceder a esa información cuando la necesitamos. Lo habitual suele ser un nombre, una palabra, una definición o una fecha.

  • Punta de la lengua:

Cuando estamos convencidos de que conocemos una palabra pero no somos capaces de recuperarla de la memoria. Las palabras que vienen a nuestra mente suelen ser relacionadas con la que buscamos. Suele ser una interferencia entre la palabra que buscamos y otra información que se cruza, generando un bloqueo. Cuanto más nerviosos nos ponemos más tarde la encontraremos. Lo mejor es dejar de buscarla, ya que saldrá sola un tiempo después.

  • Laguna temporal:

Es la pérdida de un trozo de tiempo. Por ejemplo, cuando vamos conduciendo de forma automática y al llegar no recordamos el camino. Esto pasa porque no hemos prestado una atención consciente de los hechos. No hemos registrado los acontecimientos que normalmente funcionan como marcadores temporales. Suele ocurrir cuando hemos automatizado un hábito, y solo se rompe si pasa algo que quiebre la monotonía.

  • Verificación de las tares (Checking):

La confirmación de que hemos realizado una conducta. Por ejemplo, cerrar la puerta todas las noches. Lo hacemos de forma inconsciente por el hábito y a veces dudamos de que lo hemos hecho, o no lo recordamos, y volvemos para asegurarnos. No es un caso “obsesivo-compulsivo”, ya que estos casos sí que recordarían que han cerrado, pero vuelven para repetir la acción.

  • Pseudomemorias y falsificación de la memoria: Fabricación de recuerdos para rellenar lagunas de memoria.
    • Pseudología fantástica: Hechos o narraciones inventadas o fantaseadas que llegan a creerse ellos mismos. En pacientes con sintomatología histérica, a causa de una necesidad afectiva.
    • Confabulación: Se inventa recuerdos sin intención de mentir o narra recuerdos verdaderos pero mal contextualizados, al intentar dar respuesta a cosas que no recuerda. Se dan en el síndrome amnésico con estado de conciencia lúcida.

 

Trastornos del reconocimiento:

  • Criptomania:

Es muy frecuente en el mundo académico y creativo. Cuando lees o te cuentan una experiencia o idea que no has experimentado o no es tuya, y crees que es una producción original tuya vivida por primera vez. Por ejemplo, te cuentan algo y a la semana siguiente lo cuentas tú como si fuera tuyo, pero sin ser consciente. Además de haber un fallo en el reconocimiento, el sentido de familiaridad está ausente. 

  • Deja-vú:

Es un falso reconocimiento positivo. La familiaridad con algo que no ha sucedido pero crees haber experimentado ya. Vives la situación como si fueras un espectador en un estado de ánimo somnoliento. Suele aparecer en situaciones de fatiga y/o despersonalización. También es frecuente en adolescentes y en lesiones del lóbulo temporal o epilepsias. Se considera patológico cuando la persona lo ve como real, y es más intenso.

  • Jamais-vú.

Es un falso reconocimiento negativo. Hay ausencia de familiaridad aunque eres consciente de que ya lo habías experimentado antes. Es menos común que el Deja-vú.

 

  • Síndrome de Capgar o Ilusión de Sosías:

Cuando tienes la certeza de que alguien de tu entorno es un “doble”, un impostor de quien dice ser. Recuerdas y reconoces los atributos de esa persona pero no la reconoce como tal. Siente preocupación por saber donde estará el “verdadero”.

  • Agnosias:

Es una anomalía del reconocimiento con causa orgánica. Los órganos de los sentidos no están afectados. La persona reconoce todos los atributos de un objeto pero no el objeto en sí.

“La memoria es como el mal amigo; cuando más falta te hace, te falla”

 

Noelia Rodríguez Rosalén. Psicóloga jurídica y perito forense.

noeliarosalen87@gmail.com

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