Tratamiento de la obsesión infantil en Valencia

En nuestra vida existen las preocupaciones, las ideas que nos obsesionan, las costumbres y los rituales. Muchas veces dedicamos mucho tiempo a pensamientos que nos preocupan y nos crean ansiedad. Necesitamos buscar métodos de actuar para alcanzar nuestras metas. Los rituales facilitan nuestra vida. Cada persona tiene sus propias costumbres y rituales, es, por lo tanto, algo habitual. Son adaptativas y positivas.

Pero si estas se repiten con mucha frecuencia, y escapan por completo al control del sujeto, haciéndole sufrir y tomando el mando en su vida, pasan a ser patológicas, y encontramos el Trastorno Obsesivo Compulsivo, también conocido como TOC. Este trastorno se caracteriza por las obsesiones y las compulsiones. Las obsesiones son pensamientos o acciones repetitivas, y las compulsiones son aquellas acciones, o pensamientos, que llevamos a cabo para neutralizar la ansiedad que nos causa la obsesión, y que nos vemos obligados a llevar a cabo como respuesta a la obsesión. Por poner un ejemplo, la obsesión de la limpieza, tendría su compulsión en lavarse continuamente las manos.

Este trastorno también puede darse en niños y adolescentes. En el caso de los menores, pueden llevar a cabo las compulsiones ellos mismos, o pedir que las realicen las personas de su entorno.

 

 

Hemos de tratar de detectar el supuesto trastorno con tiempo, y si resulta ser una manía pasajera, propia del desarrollo evolutivo, mejor que mejor. ¿Cómo podemos saber que algo se trata de una obsesión?

  • El pensamiento, imagen o impulso es automático, no puede dejar de pensar en ello. Aparece de forma súbita y provoca ansiedad en el niño o adolescente. Después de la compulsión, la ansiedad baja.
  • La obsesión va mucho más allá de una simple idea fija, es decir, no cesan después de conseguirlo por primera vez, sino que persisten y afecta a su vida en todos los ámbitos de forma significativa.

Cabe destacar que no todos los rituales que realizan los niños son compulsiones, sino que en muchos casos son propios de la edad, para diferenciarlos, sabemos que:

  • Los rituales evolutivos evocan en los niños y adolescentes emociones agradables y positivas. Mientras que la compulsión reduce la ansiedad solo de forma momentánea.
  • El ritual no infiere en el desempeño del niño en las diferentes áreas de su vida.
  • El fin último del ritual evolutivo es positivo, mientras que la compulsión busca reducir un estado de malestar psicofisiológico, que se interpone de tal forma, que es necesario llevar a cabo de forma inevitable.
  • Los rituales patológicos están estereotipados, y siempre se llevan a cabo del mismo modo. Siguen siempre el mismo proceder.

Lo más adecuado para el niño, es acudir a consulta con un profesional de la psicología, para recibir la ayuda necesaria, personalizada a su edad y sus necesidades.