Tratamiento de los problemas de conducta en Valencia

Los problemas de conducta, engloban aquellas conductas que se llevan a cabo, que son consideradas socialmente inaceptables por consenso social. Estas conductas pueden ir en contra de otras personas, o perjudicar a la propia persona, ya que su consecuencia primera es el deterioro social, académico, cognitivo y por supuesto, emocional. Su inicio puede darse a cualquier edad, y de esta forma, su tratamiento debe ir adecuado a la edad del afectado. En la mayoría de casos, algo provoca este comportamiento, como un trastorno depresivo o un TDAH. En cualquier caso, crea sufrimiento en el niño o adolescente.
Los problemas de conducta se basan principalmente, aunque entre otros, en el desafío a las figuras de autoridad, enfrentándose así a los adultos o a los iguales, con episodios serios de agresividad física o verbal. También se observa el atentado contra la propiedad ajena, en forma de destrucción o robo. Estos perfiles pierden la calma con facilidad y se molestan y enfadan por causas aparentemente tontas. Buscan molestar a los demás y suelen buscar la discusión. De esta forma, se suelen ver involucrados en peleas, que previamente han iniciado ellos.

¿Qué se enseña a los padres en consulta ante esta problemática?

Es aconsejable que los padres acudan a un profesional de la psicología cuando se observe de forma repetida el conflicto, o enfrentamiento con profesores y compañeros. Cuando sus hijos estén mayoritariamente de mal humor, sus respuestas sean desafiantes o intenten incumplir las normas establecidas en el colegio o en casa de forma sistemática. La detección temprana del problema puede ahorrar muchos males a la familia, y es fundamental para tratar de la mejor forma al niño y evitar que su conducta se cronifique y se establezca como norma o hábito de comportamiento. A menudo, nos encontramos en consulta con niños y adolescentes que no saben expresar sus miedos, sus inquietudes, y su sufrimiento. Este se expresa con problemas de conducta en muchos casos. Hemos de educar a los padres en comunicación eficaz y fluida con sus hijos, entre otras muchas habilidades.

Para poder abordar con eficiencia el problema, hemos de abordarlo desde el propio sufrimiento que ellos padecen, y sobretodo, evitando culpabilizarlo. De la misma forma hemos de generar en el sujeto un alto grado de percepción de responsabilidad en la resolución del problema que le aqueja.