Obesidad y alteraciones psicológicas

Seguramente sabrás que la obesidad se ha convertido en uno de los más grandes problemas de salud a nivel mundial. Las causas más frecuentes de este exceso de peso se vinculan a cambios en la estructura familiar, aumento de la ingesta de alimentos hipercalóricos (abundantes grasa y azúcares), estrés, vida sedentaria y escasa actividad física. La obesidad es definida como una excesiva acumulación de tejido adiposo en el conjunto corporal. En las mujeres constituye el 35% de la masa corporal, mientras que los hombres poseen un 30%. Se mide por medio del Índice de Masa Corporal (IMC); siendo la obesidad igual o superior a un índice de 30.

Existen dos tipos de obesidad: La obesidad simple o primaria, y la obesidad secundaria.

La obesidad simple o primaria, se origina a partir de una sobreingesta. Se trata del tipo más frecuente de obesidad a nivel mundial. Dentro de esta obesidad se pueden distinguir dos subtipos.

  • Hiperplásica: asociado a un mayor número y tamaño de adipocitos. Este tipo de obesidad suele comenzar en la infancia y tiene peor pronóstico.
  • Hipertrófia: Asociado a un aumento del tamaño del adipocito, y surge en la edad adulta.

En cambio, la obesidad secundaria se debe a causas médicas, es decir, problemas endocrinos (hipotálamo), genéticos o iatrogénicos.

La obesidad es un factor de riesgo que predispone a sufrir numerosas enfermedades, de las cuales predomina la hipertensión, la diabetes, las enfermedades coronarias, y las enfermedades cardiovasculares.

La psicología está abordando cada vez más aspectos relacionados con la obesidad y el sobrepeso, por medio de la detección, el diagnóstico y el tratamiento de aquellos aspectos psicológicos que pueden aparecer vinculados. Además, se encarga de prevenir y promover conductas saludables de alimentación.

Las alteraciones psicológicas que seguramente habrás observado con mayor frecuencia en personas con obesidad son las siguientes:

  • Distorsiones cognitivas de la imagen corporal: Las personas con obesidad a menudo presentan insatisfacción sobre su propio cuerpo; pudiendo generarse distorsiones acerca de éste. Esto general malestar, e incluso rechazo al propio cuerpo.
  • Alteración en las conductas de ingesta: En numerosas ocasiones la sobreingesta de alimentos es un patrón desadaptativo de regulación emocional. La persona presenta dificultad a la hora de diferenciar el hambre de la tensión emocional, o, simplemente, la sobreingesta se convierte en un patrón de conducta como reacción a sucesos traumáticos o estresores.
  • Dificultad en las relaciones sociales: Las personas con obesidad son gravemente estigmatizadas, lo que podría desencadenar dificultades en las relaciones sociales. Esto puede estar ocasionado por el valor social que se le otorga a la delgadez; originando, en mayor medida, el aislamiento de la propia persona. Además, este tipo de personas suelen presentar con frecuencia dificultades en el área sexual.
  • Hábitos inadecuados de estilo de vida: Las personas con obesidad pueden presentar alteraciones en otros ámbitos de su vida (por ejemplo, el descanso). A su vez, el mantenimiento de los logros puede resultar en ocasiones complejo, debido a que se trata de cambios superficiales, lo que dificulta que se mantengan a largo plazo. Este hecho influye en la motivación, en la salud, y, sobre todo, en la adherencia al tratamiento.

Sin embargo, la intervención multidisciplinar donde participan médicos, nutricionistas, psicólogos y psiquiatras, permite ofrecer un diagnóstico y un tratamiento de forma personalizada para cada una de las personas con obesidad, adaptándolo a sus circunstancias, con el fin de alcanzar una óptima recuperación y el bienestar del paciente.

 

Paula Perales Afán, psicóloga

Colaboradora del Centro De Psicología

Calma Al Mar, en Valencia

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