Dejar de fumar

DEJAR DE FUMAR

La adicción al tabaco o tabaquismo es un problema que nos rodea constantemente en nuestra vida cotidiana. De hecho, según la OMS existen 1300 millones de fumadores en el mundo. ¿Por qué esto supone un problema? Porque es la primera causa de morbilidad y mortalidad, por los daños que causa a nuestra salud física y psicológica. Cada año fallecen más de 8 millones de personas por causas directamente relacionadas con el tabaco.

Atendiendo a los datos aportados por el Ministerio de Sanidad en España, del total de fumadores hay un porcentaje del 22% que fuman todos los días, un 2% de fumadores ocasionales y un 25% que se declaran exfumadores. Además, según los datos de la AECC, la Comunidad Valenciana es la comunidad de España que registra el mayor número de fumadores diarios, con un total de 1.033.087.

 

El tratamiento para dejar de fumar puede ser el siguiente:

● Tratamientos psicológicos: Las terapias iniciales que demostraron ser efectivas para superar la adicción al tabaco fueron las conductuales, incorporando enfoques aversivos, técnicas de relajación, control de estímulos, reducción progresiva de nicotina y alquitrán, entre otras. A medida que avanzaba la investigación, se introdujeron tratamientos más complejos, como las terapias cognitivo-conductuales, la exposición, la terapia de activación conductual, y enfoques de aceptación y compromiso (Becoña, 2014). La combinación de múltiples componentes y estrategias de prevención de recaídas demostró ser especialmente relevante y efectiva.

Los tratamientos psicológicos se revelaron eficaces para diversos perfiles de fumadores, aunque es crucial personalizar las técnicas según las necesidades de cada paciente.

● Tratamientos farmacológicos: Diversos medicamentos se han desarrollado con el propósito de ayudar en el proceso de dejar de fumar, como la Vareniclina, que bloquea los efectos placenteros de la nicotina, y el Bupropión, que mitiga los síntomas de abstinencia (Hartmann-Boyce, Stead, Cahill y Lancaster, 2013). Es importante tener en cuenta los posibles efectos secundarios de estos fármacos al elegir un tratamiento, y se aconseja que los pacientes consulten con sus médicos para determinar la opción farmacológica más adecuada para ellos.

● Combinación de ambos: Se ha observado que la combinación de tratamientos psicológicos y farmacológicos es efectiva en el proceso de dejar de fumar. Sin embargo, la literatura existente no proporciona evidencia concluyente de que esta combinación sea significativamente más eficaz que el tratamiento psicológico en solitario (Fernández, García-Vera y Sanz, 2014).

 

Cómo pautas más relevantes a tener en cuenta, se destacan las siguientes:

1. Hacer el salto a cero consumo o pautar una disminución progresiva del consumo de cigarillos. Para ello, es importante establecer una fecha concreta para dejar de fumar, evitando fechas estresantes pero actuando pronto para no posponer indefinidamente.

2. Detectar y cambiar pensamientos negativos como «tengo que dejar de fumar» por otros más positivos, como «qué bien, dejaré de fumar», para aumentar la motivación.

3. Recomendar hablar con exfumadores, ya puede elevar la autoeficacia del paciente al conocer experiencias exitosas.

4. También es recomendable dotar de consejos/herramientas prácticas para afrontar el proceso, cómo el pedir deshacerse de todo el tabaco en casa, hablar a corto plazo para evitar agobios y evitar situaciones de alto riesgo inicialmente, cómo quizás el salir a descansar con fumadores, hacer actividades estresantes, beber alcohol de fiesta, tomarse el café en un sitio dónde pueda fumar, etcétera.

5. Gradualmente exponerse a situaciones desafiantes, como estar en terrazas sin fumar, es esencial para superar las asociaciones negativas con el tabaco.

 

Además, es importante atender a las siguientes falacias que son factores de riesgo para llevar a una recaída:

– Voy a fumar uno para darme cuenta de que ya no me gusta.

– Por uno no va a pasar nada ahora que ya lo he dejado

– Le daré solo dos caladas para no volver a engancharme.

– Solo hoy, porque es un día realmente especial.

– Me lo pongo en los labios pero no lo voy a fumar. Es para quitar el mono.

– Llevo la cajetilla conmigo para recordarme que tengo la fuerza suficiente
para no fumar.

 

Para finalizar, destacar el papel de los hábitos saludables, la relajación y la solución de problemas en este tratamiento. ¿Por qué es importante? Porque de esta manera, además de controlar el apetito y el peso, ayuda a mantener esa abstinencia. Además, habrá un elevado nivel de satisfacción. El
hecho de fumar es incompatible con esta práctica deportiva, por lo que, la persona tendrá
aún menos ganas de fumar.

 

Un saludo, Cecilia. F.R.

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