Saber decir que no

¡Qué un poco más felices seríamos todos si aprendiésemos a decir que no! Al menos a mí me gustaría. Tal y como te lo digo.

Propones algo y por ese “me sabe mal decirte que no”, van y te dicen que sí. Pero luego se sienten mal al hacerlo y ¡te echan en cara que no querían hacerlo!, ¡y que se sienten mal!, y vete tú a saber cuántas cosas más.

¡Di que no!, ¡caramba!, que no cuesta un ápice.

Di que no y quédate tan ancho, o tan ancha. Cuando decir “sí” sea dejar de respetar tus necesidades, di que no sin que te importe lo que digan o piensen de ti cuando dices “no”.

Es una sensación agradable. Dices “no”, y es como si los pies se te enraizasen más en la tierra. Confías más en ti. Te respetas. Te defiendes. Te quieres.

Te llaman de Telefoniloquesea para que te cambies a su compañía. Y cuando te preguntan si eres el titular de la línea dices directamente que no te interesa. Así de sencillo. Porque además, es verdad. Te insisten, pero vuelves a decir que no les quieres atender.

Y ya está. No les vayas con excusas de niño que no sabe enfrentarse a los problemas de los adultos, diciendo: “ay es que yo soy la sirvienta de la casa”, o “ahora no puedo, no tengo tiempo”. ¡No! ¡No es que no-tienes-tiempo! ¡Es que no-quieres-dedicarles-tiempo-porque-noooo-te-interesa! ¡Dilo así! Dilo así porque sino te volverán a llamar, a hacer la misma solicitud, y eso hace que ellos se vuelvan a esforzar para nada, y tú te vuelvas a incomodar para nada.

Solo porque has dicho que “no puedes”, en lugar de la realidad: “no quieres”. Porque eso es lo que tú generas. Si no eres sincero y dices “no me interesa hacer eso”, lo que tú consigues es que la otra persona se sienta con licencia de volver a intentar proponerte lo mismo, o similar, en un futuro. Y con eso vas a hacer que tengas que volver a pasar por esa solicitud incómoda.

No es muy difícil. Es sólo darte algo más de prioridad a ti que a los demás.

Aaayyy, ¡claro!

Que te han enseñado de pequeño/a que eso era egoísmo! ¡Y que el egoísmo es malo! Y por eso tiendes a decir que sí, y meterte en cada situación que no veas. Pues has de saber que a veces, muchas veces, muchísimas veces, viene muy bien en la vida ser un poco más egoísta y saber decir que no. Pero ya no solo para ti, sino también para la persona a la que le dices que no. A ella, francamente, también le vendrá bien que le digas que no.

Porque su solicitud la ha hecho con toda su buena intención del mundo de procurarse un beneficio para sí misma (y no con intención de perjudicarte, que es distinto), y si tú le dices que sí y luego estás haciendo algo sin desearlo en absoluto, vas a generar odio hacia ella.

Y seguro que ella hubiese preferido desde el principio que seas capaz de decirle que “no” a su planteamiento, en lugar de ser el foco de esa ira escondida hacia ella. Sobre todo si es un familiar o un amigo cercano, que son las personas a las que más te costará decirles que no.

Pero si de verdad te quieren sabrán que haces bien al defender tus intereses y tus necesidades.

Di “no”. Practícalo.

Ponte delante del espejo si quieres y ensaya tus “noes”. Y trata de introducir elementos positivos con ellos, como energía en tus palabras, agradecimiento, o quizá una sonrisa a la par que dices “no, no me interesa”.

Porque… a que cuando dices que sí a algo que te interesa eres capaz de decirlo sonriendo.

Entonces, ¿por qué cuando dices que no a algo que no te interesa, se te queda esa cara desencajada y esa mala sensación en el cuerpo. ¿Acaso no puedes sonreír a la vez que dices “no, gracias, no me interesa en absoluto hacer eso”. ¿Cuesta más, verdad? Claro que cuesta más. Pero puedes hacerlo. Y será bueno para ti.

Llénate de energía y defiende tus necesidades mientras dices: “No, no me interesa”… y añades si quieres un toque educado de cortesía finalizando con “…pero gracias por pensar en mí”.

 

Psicólogo Fernando PenaFernando Pena

Psicólogo con consulta clínica privada y profesor de Psicología Clínica en el Instituto Europeo de Formación de Formadores. Director del Máster de Psicología Clínica de la AEPCCC en Valencia. Responsable del consultorio psicológico del periódico Las Provincias. Asesor de psicólogos sanitarios para la Agencia de Publicidad AMA.

E-mail: Fernando@cop.es
Twitter: @Psicoteca

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