Presentación del estudio Milkfulness
El pasado viernes tuve el gusto de participar en la presentación del último estudio de Leche Celta en Madrid. Al evento acudí en representación de AEPSIS, la Asociación Española de Psicología Sanitaria, entidad colaboradora con la realización del estudio.
Este estudio, elaborado por Leche Celta en colaboración con AEPSIS, analiza cómo la falta de tiempo, la hiperconexión y la alimentación impactan en el bienestar emocional de los españoles.
Milkfulness se trata de un juego de palabras que combina “milk” (leche) y mindfulness, que busca promover una actitud determinada ante la vida: con más calma, mayor atención al presente, reducir el ritmo frenético del día a día, bajar el estrés, y disminuir la dependencia de pantallas. Milkfulness hace un especial hincapié en la alimentación consciente: Comer despacio, con atención y en compañía, como fuente de bienestar emocional.
El II Estudio Milkfulness realiza una radiografía sobre los hábitos de bienestar y desconexión digital de la población española durante 2025, y su relación con la alimentación consciente y la búsqueda de equilibrio emocional. El estudio profundiza en aspectos como el uso del tiempo, la dependencia tecnológica, los hábitos alimentarios, la conciliación, y el impacto psicológico de la falta de calma.
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Prestar atención plena al momento de la comida es una de las formas más sencillas y poderosas de reconectar con el cuerpo. Cuando nos detenemos a percibir los olores, sabores y texturas, activamos áreas cerebrales vinculadas al disfrute y a la regulación emocional.
Comer con presencia favorece una digestión más eficiente y una mejor identificación de las señales internas de hambre y saciedad. Por el contrario, hacerlo mientras respondemos correos electrónicos o realizamos varias tareas divide la atención y nos desconecta de nuestras sensaciones. Esta multitarea mientras comemos incrementa la probabilidad de comer de más, de forma automática y sin placer real. Además, refuerza un estilo de vida acelerado que eleva el estrés basal. La comida puede ser un ancla diaria para entrenar la conciencia, bajar revoluciones y recuperar contacto con uno mismo. Elegir un momento sin pantallas ni distracciones transforma un acto cotidiano en un ejercicio de autocuidado.
Comer con presencia en el desayuno
El desayuno suele ser la comida más infravalorada del día, y paradójicamente es una de las que más puede influir en nuestro equilibrio físico y mental. Muchas personas se lo saltan por las prisas o lo reducen a un café rápido, sin darse cuenta de cómo esto afecta a su energía, concentración y estado de ánimo durante la mañana. Desayunar con calma permite estabilizar los niveles de glucosa, mejorar la atención y regular mejor las emociones frente al estrés matinal.
Además, ofrece un pequeño ritual de autocuidado que marca el tono del día: cuando empezamos con presencia, el resto de la jornada suele ser más consciente. También favorece que podamos detectar mejor nuestras señales de hambre, evitando atracones o decisiones impulsivas más tarde. Dedicar unos minutos a un desayuno tranquilo no es un lujo: es una inversión en bienestar, claridad mental y salud emocional.
Y tú, ¿cómo desayunas?
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Fernando Pena Vivero
Director del centro de psicología Calma al Mar
Presidente de AEPSIS