Entrevista a una mujer con Trastorno Bipolar

Desde Calma Al Mar queremos agradecerte que compartes tu testimonio con todos nosotros. Nos gustaría conocer tu historia. Empecemos por tu niñez.

¿Cómo describirías tu infancia?

Diría que tuve una infancia muy difícil. Mi padre fue una persona que, aunque muy cariñoso conmigo, siempre tuvo problemas de control de su irritación y enojo. Mi lo madre hacía lo mejor que podía. No la culpo. Trabajaba mucho y estábamos bajo la atención de otras señoras encargadas de la casa y de nosotras.

Recuerdo que sufría desde muy pequeñita de feas pesadillas, uno de mis hermanos  me pegaba, quemaron mis muñecas y ese tipo de cosas. Ya desde los 4 años recuerdo cómo me reñían las monjas y profesores del colegio. No entendía qué hacía que les parecía tan malo, pero era seguramente ser inquieta.

¿Cómo describirías la relación de tus padres contigo durante tu infancia?

Mi padre me quería mucho, sacaba su lado más afectuoso. También recuerdo que mi madre me quería mucho pero la sentí más ausente que en mi adultez. Ahora estamos muy unidas. Si lo pienso ahora, fueron quienes menos me criticaron, aunque a veces mi padre hacía comentarios muy duros porque era muy complicado. Me decían que era muy esperada porque deseaban mucho tenerme.

¿Hay algún suceso que recuerdes especialmente de tu infancia?

Me parece horrible y triste recordar que una vez, como a los 8 años, ya quería morir y me hubiese tomado el cloro para quitarme la vida. Era frustrante y desesperante sentirme tan mal y sentir ganas de llorar de la nada hasta en clase. Cuando quería, porque tenía ánimo, sacaba muy buenas notas, pero yo no tenía ganas de ir al colegio. A veces estaba contenta y jugaba pero eso se acababa.

¿Cómo fue tu adolescencia?

Terrible, ya me llamaron desadaptada social y todo lo demás. Sinceramente no creo que yo tuviese intenciones de hacerle daño a las personas. Mis problemas eran de desobediencia más que nada. Claro que no me podía adaptar, no tenía idea de qué pasaba, si hubiese sido una depresión lineal tal vez lo hubiesen detectado más fácilmente. Lo grave fue cuando tuve un novio que si ahora lo pienso, tal vez era sociópata. A los 17 años tuve un intento real de suicidio. Me tomé todas las pastillas que estaban a mi alcance. A esa edad ya me estaban medicando por depresión.

¿Tu estado de ánimo influyó de alguna manera en tus estudios?

Durante colegio, absolutamente. En la universidad saqué muy buenas notas, aunque no era muy comprendida por mi lado más introvertido. Siempre tuve ese desequilibrio entre la madurez cognitiva en comparación a la afectiva. Tuve que batallar contra la angustia para ir a clases, pero me fue muy bien académicamente.

¿Y con tus amigos?

Siempre tenía solo una amiga a la vez, claramente tuve que lidiar con el bullying. Pero una amiga era como una hermana.

¿Qué nos puedes decir de tu trastorno bipolar en tu edad adulta?¿Cómo te afecta?

Fui diagnosticada el 2001 de trastorno bipolar después de depresiones toda mi vida. Siento que era como vivir un tiempo esperando que la vida se estuviese volviendo normal y estable pero venían las depresiones que arrasaban con todo. Es como construir todo el tiempo en la arena. Desde el diagnóstico al menos comprendí por qué siempre volvían las depresiones. Estoy casada por segunda vez, pero muy bien. Tengo más de 45 años ya.

¿Cuáles son los síntomas del trastorno  bipolar desde tu experiencia?

Personalmente:

– Creo te tengo la parte manía en la ansiedad, perfeccionismo, ir sin cansancio tras objetivos hasta que creo que todo está hecho.

– Sé que de pronto se pueden agotar las energías y aprovecho para hacer las cosas antes.

– La angustia.

– He padecido de crisis de pánico.

¿Qué tipo de tratamientos has seguido? ¿Cuáles te han ayudado más?

No han sido tan efectivos otros medicamentos como esta combinación: Estoy con lamotrigina, quetiapina, clonazepam y un antidepresivo. No logro dormir sin quetiapina y clonazepam.

¿En función de tu experiencia, qué consejo les das a las personas con trastorno bipolar que te estén leyendo?

Primero, aceptar que esto es algo que simplemente sucede y en vez de buscar culpables o victimizarnos más de la cuenta sin salir de ese círculo vicioso, es mejor ver como salir adelante.

Es cierto que es muy duro y es difícil esta carga, a veces se siente que los demás la llevan más fácil en las habilidades emocionales o sociales, pero tenemos otras habilidades. Dan ganas de tirar la toalla a veces por cansancio, pero estando vivos hay esperanzas y renovación como las águilas. Esto nos ha hecho fuertes.

 

 

Muchísimas gracias por tu testimonio. Desde Calma Al Mar agradecemos mucho tu tiempo y tus palabras.

 

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