Introducción a la Terapia Centrada en la Compasión

En el mundo de la psicología y la terapia, la compasión se define como una fuerza transformadora, capaz de aliviar el sufrimiento y promover el bienestar emocional. La Terapia Centrada en la Compasión emerge como un enfoque terapéutico innovador que abraza este principio fundamental de empatía y comprensión hacia uno mismo y hacia los demás.

La esencia de la compasión, definida como una sensibilidad hacia el sufrimiento propio y ajeno, se entrelaza con un profundo compromiso por mitigarlo y prevenirlo. En el contexto terapéutico, esto se traduce en un enfoque que no solo considera el contenido de los pensamientos y emociones, sino también la forma en que se experimentan y procesan estas experiencias internas.

El objetivo primordial de la Terapia Centrada en la Compasión es fomentar una coherencia emocional entre los pensamientos «útiles» y los sentimientos, permitiendo así que los individuos dejen de culparse y avergonzarse para asumir la responsabilidad de construir una vida más plena y satisfactoria. Este enfoque terapéutico se dirige especialmente a personas con problemas crónicos y complejos de salud mental, arraigados en sentimientos de autocrítica y vergüenza, a menudo originados en entornos conflictivos.

Una de las diferencias fundamentales de la Terapia Centrada en la Compasión con respecto a otros enfoques radica en su comprensión del enfoque evolutivo. Este entendimiento revela a los pacientes por qué pueden quedar atrapados en emociones de amenaza, ayudándoles a disminuir la tendencia a la vergüenza. Por ejemplo, el enfoque evolutivo puede explicar nuestra inclinación hacia antojos de alimentos dulces o salados como una respuesta adaptativa en entornos ancestrales.

La compasión, como atributo central de este enfoque terapéutico, se manifiesta a través de una serie de cualidades, incluida la sensibilidad, la simpatía, la empatía y la ausencia de juicios. La Terapia Centrada en la Compasión busca cultivar estas habilidades compasivas en los pacientes, desarrollando la imaginación, el razonamiento y la conducta compasiva.

Lo central en este enfoque es el modelo de regulación del afecto, que divide las emociones en tres sistemas: el sistema de amenaza, el sistema de logro y el sistema de calma. La terapia se enfoca en el sistema de calma, promoviendo emociones positivas de tranquilidad y bienestar a través del vínculo con otras personas y la autorregulación emocional.

Por ello, la Terapia Centrada en la Compasión ofrece un camino hacia la sanación emocional mediante la comprensión, la aceptación y el fomento de una relación compasiva con uno mismo y con los demás. Al cambiar la forma en que nos relacionamos con nuestro sufrimiento, esta modalidad terapéutica nos invita a encontrar la fuerza para enfrentar los desafíos de la vida con compasión y autenticidad.

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