Ideales Obsesivos

A lo largo de los siglos, los criterios de belleza han variado notablemente, si bien los ideales que se buscaban en cada época eran distintos, las mujeres hicieron y hacen esfuerzos y sacrificios para poder aproximarse a los estereotipos de lo que es considerado hermoso o bello en cada época.

Actualmente vivimos en una sociedad en la que cada día estamos sometidos a grandes bombardeos de publicidad a través de los medios (revistas, televisión, radio, anuncios, etc) que nos hacen sentir a disgusto con nuestro cuerpo e incitan a mejorar nuestra imagen corporal, haciéndonos recordar constantemente el modelo de la delgadez.

Y es que cada vez resulta más difícil encontrar una persona que no haya seguido una dieta de adelgazamiento o se haya apuntado al gimnasio para perder esos kilos de más. Resulta difícil sustraerse y no compararse con esas “súper mujeres” o “súper hombres” que aparecen en la televisión, en las paradas de autobús, en folletos publicitarios, etc. Unas mujeres cuyos cuerpos están desprovistos de grasa y con gran firmeza muscular y unos hombres atléticos con fuertes brazos y abdominales perfectos. Es aquí donde la actividad física y la alimentación controlada juegan un papel muy importante para poder alcanzar ese prototipo de mujeres y hombres perfectos.

Es cierto que hay que realizar ejercicio físico regularmente y someterse a una dieta sana y equilibrada, ya que el cuerpo es el cuerpo y lo va a seguir siendo hasta el resto de nuestros días, por lo tanto hay que cuidarlo. Pero cuando ese cuidado físico se convierte en una tortura psíquica, en una obsesión, ¿Hay que dar un toque de atención?
Sí que habría que darlo ya que si no, esa obsesión puede desembocar en un posible trastorno alimenticio tal como anorexia o bulimia nerviosa.

Anorexia nerviosa

La anorexia nerviosa es un desorden alimenticio y psicológico, dónde la persona enferma inicia una dieta estricta para perder peso ya que no se siente a gusto con él.

Las anoréxicas sienten un deseo irrefrenable de perder peso, por lo que empiezan involucrándose en el mundo de las dietas y acaban convirtiéndose en grandes expertas dietéticas, llevando a cabo consignas muy duras y rígidas. Comienzan a desarrollar hábitos alimentarios particulares y aunque tengan hambre, el miedo a engordar es mucho mayor por lo que suelen llevar a cabo conductas restrictivas y purgativas tales cómo beber mucha agua, utilizar laxantes, recurrir al vómito y realizar ejercicio físico de forma abundante.

Conforme va progresando la enfermedad van apareciendo las complicaciones físicas: el organismo se vuelve mucho más vulnerable, pueden aparecer problemas gastrointestinales o hipotermia e incluso perder la menstruación. Pueden aparecer síntomas psicológicos cómo depresión, labilidad emocional y distorsiones perceptivas acompañadas de una negación del problema.

Una enferma de anorexia a pesar de estar escuálida se seguirá viendo gorda y seguirá estando insatisfecha con su imagen corporal. El problema se centra, entonces, en una baja autoestima y en esa presión que la persona siente por ser delgada y atractiva.

Bulimia nerviosa
Por otro lado está la bulimia que es otro trastorno alimenticio el cual se caracteriza por atracones de alimentos (normalmente prohibidos) seguidos de métodos compensatorios para controlar el peso tal cómo el vómito autoinducido, el abuso de laxantes o diuréticos y la realización de ejercicios físicos demasiado exigentes.
Esta enfermedad se inicia con una sensación de hambre voraz e incontenible, dando lugar a atracones frecuentes (con preferencia por los dulces y otros alimentos de alto valor calórico) siendo la frecuencia de los atracones muy variada. Después del atracón son frecuentes los sentimientos de tristeza y culpa.
La bulimia está considerada como una enfermedad invisible porque puede pasar mucho tiempo sin que el entorno del enfermo la perciba. Entre las causas de este problema se encuentran las experiencias de rechazo social o de fracaso que se atribuyen al peso.

Los trastornos alimenticios cómo la anorexia y la bulimia nerviosa ponen de manifiesto el alto grado de insatisfacción existente que actualmente sufren los individuos de las culturas occidentales respecto a su cuerpo. Estos trastornos son síntomas y reflejos de muchos problemas que están detrás de estas conductas cómo frustración, angustia y dolor.
Las imposiciones estéticas suponen graves perjuicios tanto para la salud física como emocional de las personas,
¿Hasta cuándo vamos a seguir así?

Marlene Poveda Platero

Psicóloga Colaboradora con Centro de Psicología Sanitaria del Grupo Papillón S.L.

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