La enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa del sistema nervioso central que destruye gradualmente los grupos neuronales del córtex.  El descubrimiento de la enfermedad se remonta a principios del siglo XX, cuando el término ‘demencia’ designaba diferentes enfermedades mentales. En 1906, Alois Alzheimer describió una nueva enfermedad que producía pérdida de memoria, desorientación, alucinaciones y finalmente la muerte. La enfermedad fue diagnósticada por primera vez a una mujer de 51 años que presentaba síntomas psicóticos, trastornos del comportamiento, depresión y deterioro cognitivo. Se decidió llamar a la nueva patología ‘Enfermedad de Alzheimer’ en honor a su descubridor. El término fue utilizado por primera vez por Kraepelin en la octava edición del ‘Manual de Psiquiatría’ considerándola como como un subtipo de demencia senil que afectaba a las personas menores de 65 años.

El diagnóstico en el Alzheimer es un diagnóstico probable  ya que la enfermedad solo puede ser ratificada post-mortem tras el análisis del tejido cerebral. Aun así existen diversas pruebas que permiten evaluar los diferentes procesos cognitivos afectados por la enfermedad facilitando su diagnóstico y tratamiento.

Etapas

Se pueden agrupar los síntomas en tres etapas de desarrollo: etapa temprana, etapa intermedia y etapa tardía. Esta división sirve como guía pero existe una gran heterogeneidad en función de la trayectoria de la enfermedad.

  • La etapa temprana puede durar unos dos años y en ella suelen aparecer fallos en la memoria reciente, desinterés, humor deprimido, cambios en la personalidad, episodios leves de desorientación y falta de adaptación a situaciones nuevas.
  • La etapa intermedia puede desarrollarse durante 3-5 años. Existe una mayor afectación de la memoria y afecta no solo a la memoria reciente, sino también a la remota. En esta etapa aparecen alteraciones del lenguaje, la escritura, la lectura, el cálculo, apraxias y agnosias. Además el paciente tiene dificultad para mantener sus relaciones sociales y para realizar actividades de la vida diaria.
  • En la etapa tardía (demencia grave), el enfermo es incapaz de andar, se inmoviliza, se hace incontinente y no realiza actividades de la vida diaria. El lenguaje se hace ininteligible o presenta mutismo. A veces se produce disfagia y hay riesgos de neumonías, deshidratación, malnutrición y úlceras por presión. Los enfermos pueden permanecer en cama y suelen fallecer de una neumonía u otra infección.

Tratamiento

Existen medicamentos para tratar la enfermedad de Alzheimer conocidos como inhibidores de la Colinesterasa. Desde el punto de vista conductual se pueden poner en marcha diferentes terapias para mejorar la calidad de vida del enfermo y su familia:

  • Estimulación cognitiva. Es el conjunto de técnicas y estrategias que pretenden optimizar y mantener el funcionamiento de las distintas capacidades y funciones cognitivas mediante una serie de tareas y actividades concretas. Para ello es muy importante adaptar las actividades a la persona contribuyendo a una mejora global de la conducta y estado de ánimo debido a la correcta realización de las tareas.
  • Terapia de reminiscencia. Consiste en evocar recuerdos y sucesos del pasado asociados a sentimientos e integrarlos con el presente. Este tipo de terapias son muy adecuadas ya que los recuerdos más remotos se mantienen hasta fases avanzadas de la enfermedad.
  • Musicoterapia. Es el uso de la música y sus elementos con finalidades terapéuticas, como por ejemplo realizar movimientos coordinados siguiendo el ritmo de una melodía, etc.

 

Clara Martínez Cao

Psicóloga

Colaboradora del Centro de Psicología  Calma al Mar

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