La influencia social ¿Cómo nos afecta?

Comprendemos el concepto influencia social como las modificaciones en los juicios, opiniones o actitudes de un individuo que son consecuencia de exponerse a los juicios, opiniones y actitudes de personas distintas.

Influencia normativa

En las ocasiones en que una persona se conforma mediante un proceso de influencia normativa, es probable que sea su conducta manifiesta lo único que realmente se modifica. En cambio, no lo harán sus convicciones anteriores, que seguirán manteniéndose en privado. Dicha situación dará lugar a un proceso de conformidad publica o de sumisión.

Cuando una persona expone su juicio sobre un aspecto concreto de la realidad en presencia de otros individuos, suele mostrar dos preocupaciones principales:

Tener razón

Los sujetos tienen dos fuentes de información para averiguar que es tener razón:

  • Aquello que les aportan sus sentidos y la realidad física.
  • Aquello que dicen u opinan los demás.

La situación experimental de conformidad enfrenta ambas fuentes de información y plantea una elección. Ante estas circunstancias, si el individuo se conforma, diremos que ha predominado la influencia informativa, cediendo a los demás porque confía en su opinión más que en la suya propias. La influencia informativa se caracteriza por modificar el juicio de las personas, causando un proceso de conformidad privada o conversión.

Dar una buena impresión

Al depender de los otros para poder satisfacer gran parte de nuestras necesidades, tendemos a maximizar nuestro nivel de atractivo hacia ellos. El acuerdo provocará evaluaciones positivas y pertenencias al grupo. Las personas tienen tendencia a conformarse con las opiniones del resto por razones normativas. Tanto la conformidad por el deseo de ser querido como la aversión a ser rechazado, ambas son consecuencia de la influencia normativa.

Otro factor fundamental en la conformidad es el tamaño de la mayoría. El hecho de añadir más miembros a la mayoría producirá más conformidad dentro del grupo. Sin embargo, se darán unos incrementos cada vez menores por cada miembro que se añada.

También influye en el nivel de conformidad el grado de independencia que posean las fuentes de influencia. Ha sido estudiado que añadir más miembros a la mayoría solo producirá una mayor influencia si sus integrantes son percibidos como jueces independientes.

Influencia de la minoría

Habitualmente las minorías no tienen acceso a sistemas de control, informativos o normativos, que si son accesibles a las mayorías. En consecuencia, su factor principal para la influencia reside en su estilo de conducta. El componente fundamental de este estilo conductual es la consistencia con la que son capaces de defender su posición.

Solo tras el paso de un periodo de tiempo considerable, puede iniciarse la impresión de que la posición minoritaria es posiblemente correcta, a diferencia de lo ocurrido con la conformidad. Esta sensación aumenta cuando los integrantes de la mayoría observan que uno o más de los miembros de su grupo comienzan a responder como la minoría. Esto genera el efecto conocido como bola de nieve, donde a medida que la percepción de confianza en el propio grupo decrece y se dan abandonos, la minoría causa un impacto superior.

La minoría provoca un proceso de validación. La atención se focaliza en el objeto, a lo largo del proceso, el sujeto empieza a ver el objeto de forma igual a la minoría y convierte privadamente su postura. La presión normativa ejercida por la mayoría hará que este efecto no se manifieste de forma púbica. En conclusión, las minorías provocarán conversión sin sumisión y las mayorías sumisión, pero sin conversión.

Toma de decisiones en grupo

Cualquier dimensión relacionada con un juicio grupal tiende a inclinarse aún más al polo al que inicialmente se inclinaba el promedio del grupo. Así se cumple el fenómeno de la polarización de grupo, es decir, la acentuación de la postura inicialmente dominante debida a la discusión del grupo. Dicho fenómeno parece suceder en un gran número de contextos distintos. Entre ellos destacan los estereotipos, impresiones interpersonales, juego o conducta posicional y antisocial.

Los factores normativos e informativos actúan conjuntamente en la polarización de grupo. Los sujetos víctimas de una polarización grupal extrema, experimentan un pensamiento grupal. Este aparece cuando, un grupo muy cohesivo o de mentalidad semejante, está tan condicionado por la búsqueda de consenso que se deteriora su percepción de la realidad. El proceso se potencia si se dan las siguientes condiciones:

  • La existencia de un grupo altamente cohesionado.
  • Imposibilidad de acceder a otras fuentes de información alternativas.
  • Líder posicionado claramente en una determinada opción.
  • Situación de alto estrés en el contexto.

Hay una tendencia racionalizar todas las acciones congruentes con la opinión asumida, mientras se desatiende o rechaza la información discordante. Estos procesos se dan de dos maneras:

  • Intraindividual, mediante la autocensura.
  • Interindividual, a través de presiones a la conformidad.

Como resultado se obtiene una decisión asumida por todos los integrantes del grupo. Pero esta decisión no está relacionada con aquella que se hubiera asumido mediante la aplicación de un proceso racional y equilibrado de búsqueda de la información.

Además, aparecen un conjunto de ilusiones compartidas por los miembros del grupo, que están relacionadas con su habilidad al abordar los problemas. Estas son la ilusión de invulnerabilidad, la ilusión de unanimidad y la racionalización, es decir, encontrar una justificación a posteriori.

Obediencia a la autoridad

La situación de influencia aplicada por unas fuentes de mayor estatus resulta bastante distinta a lo expuesto anteriormente. Suceden cuando se le ordena explícitamente a un sujeto que lleve a cabo una conducta que este no realizaría espontáneamente o que incluso rechazaría. Además, es importante que el individuo pueda controlar si cumple o no las órdenes.

Diversas investigaciones, entre las que destacan los trabajos sobre la obediencia de Milgram, han concluido que la autoridad del experimentador es suficiente para anular tanto las fuerzas internas como la conciencia, como las fuerzas externas como las quejas de una víctima. Se ha concluido que en situaciones de esta clase los voluntarios de los experimentos actúan según el influjo de los factores situacionales.

Laura NR – Graduada en psicología

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