“Me gustaría que cambiaras…”. Cómo pedir cambios de conducta a los demás.

pedir cambios

En consulta es frecuente enseñar a nuestros pacientes a mejorar o a instaurar Habilidades Sociales que les van a permitir socializar más fácil y eficazmente con los demás. Tener unas buenas relaciones sociales pasa por saber cómo pedir cambios de conducta en los demás. ¿Tienes un compañero de piso que siempre se deja las toallas sucias en el suelo? ¿Te gustaría que tu pareja consultara contigo primero ciertas decisiones antes de tomarlas? Aprende en sencillos pasos, cómo pedir cambios de conducta.

Lo primero que debemos hacer es evaluar el problema y ver si valdría la pena o no pedir el cambio.  Estudia si la conducta molesta está violando tus derechos, si lo que pides es realista, si la otra persona se puede enfadar y si serás capaz de sobrellevar las consecuencias de su enfado, y si de verdad el cambio es importante para ti. Una vez estudiada la situación, pasamos a la petición.

Hablaremos con la persona en cuestión y le comentaremos que tenemos un problema. Describe brevemente y con claridad qué es aquello que te molesta. Por ejemplo: “Tengo un problema; cuando llegas tarde a nuestras citas…”.  Ten en cuenta que de verdad “tú tienes un problema”, puesto que son tus necesidades las que no están satisfechas con la conducta del otro. Expresa el problema como tuyo, no de la persona que te lo causa. Si la otra persona se siente atacada, tenderá a ponerse a la defensiva, y será muy difícil que consigas el cambio de conducta.  Cuando le comentes qué es aquello que te molesta, describe conductas concretas, nunca un comportamiento general. Por ejemplo: “Las citas en las que llegas 15 minutos tarde, como la de hoy”… Nunca expresiones como “Siempre llegas tarde cuando quedamos”. Por supuesto, evita descalificaciones, críticas o acusaciones, como por ejemplo: “Eres un irrespetuoso”.

Una vez has descrito qué es aquello que te incomoda, es hora de explicarle las consecuencias negativas de su comportamiento. Por ejemplo: “Cuando llegas 15 minutos tarde a nuestras citas me pongo nervioso y pienso que pierdo el tiempo”. Después, describe cómo te sientes en esa situación: “… y me siento triste y nervioso”. Una vez dicho, haz una pausa para ver cómo reacciona la otra persona y escuchar su punto de vista. Guardar silencio es positivo puesto que dejamos tiempo a la reflexión por parte de los dos. Si la otra persona intenta poner una solución, se lo agradecemos. Si se pone a la defensiva, podemos mostrar empatía con él/ella, para después volver a repetir cuál es nuestro problema. Por ejemplo; “Comprendo lo que me dices, pero cuando llegas 15 minutos tarde me da la impresión de que estoy perdiendo el tiempo y me pongo nervioso y triste”.

Si después de todo esto, la otra persona aún no ha intentado poner solución a la situación, nosotros propondremos la solución, diciendo claramente lo que queremos. “Cuando llegas 15 minutos tarde a nuestras citas me da la impresión de que estoy perdiendo el tiempo y me pongo nervioso y triste. Me gustaría mucho que, a partir de ahora, seas puntual o me avises con antelación de si vas a llegar tarde, de forma que pueda aprovechar ese tiempo, así las cosas irán mejor”. Si la otra persona parece colaborativa y dispuesta a realizar el cambio, se lo agradecemos sinceramente. Si ves que no ha quedado claro del todo qué es lo que estamos pidiendo, reformularemos la petición para ver si ambos habéis comprendido lo mismo. Por ejemplo: “Entonces, hemos dicho que a partir de ahora serás puntual y, si no, me avisarás con antelación, así los dos nos sentiremos mejor”.

Cuando pedimos un cambio de conducta, es muy importante que seamos empáticos con la otra persona y que no se sienta atacada por nosotros, puesto que, como hemos dicho, el problema lo tenemos nosotros con su conducta, no él o ella. Si vemos que la persona no colabora o no siente interés en el cambio, volveremos a repetir nuestra petición cuando creamos oportuno, insistiendo mucho en las consecuencias positivas que el cambio tendría en la relación.

Estefanía Cárcel Esteban

Psicóloga del Centro de Psicología Sanitaria Valencia

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