Recupera la chispa perdida: Cómo reavivar y potenciar tu deseo sexual

Qué es el bajo deseo sexual

El bajo deseo sexual, también conocido como deseo sexual hipoactivo o disminución del deseo sexual, se refiere a la falta o disminución significativa de interés o motivación hacia la actividad sexual. Es importante tener en cuenta que el bajo deseo sexual puede variar de una persona a otra, ya que cada individuo tiene sus propios niveles de deseo sexual.

Es importante destacar que el bajo deseo sexual puede afectar tanto a hombres como a mujeres, y puede generar preocupación o dificultades en las relaciones íntimas. Si una persona experimenta persistentemente un bajo deseo sexual y esto le causa malestar o afecta su calidad de vida, es recomendable buscar ayuda profesional. Un médico o terapeuta sexual puede evaluar la situación, identificar las posibles causas y brindar orientación y tratamiento adecuados.

Por qué se pierde el deseo sexual

La pérdida del deseo sexual puede tener múltiples causas, tanto físicas como psicológicas. A continuación, mencionaré algunas de las razones más comunes:

  1. Cambios hormonales: Los desequilibrios hormonales, como la disminución de los niveles de testosterona en los hombres y los cambios hormonales durante la menopausia en las mujeres, pueden influir en la disminución del deseo sexual.
  2. Estrés y ansiedad: El estrés crónico y la ansiedad pueden tener un impacto negativo en el deseo sexual. Las preocupaciones diarias, la presión laboral, los problemas de relación o cualquier otra forma de estrés emocional pueden disminuir el interés por el sexo.
  3. Fatiga y falta de energía: El agotamiento físico o mental puede reducir el deseo sexual. La falta de sueño adecuado, el cansancio crónico o la sobrecarga de responsabilidades pueden interferir en el deseo y la capacidad de disfrutar del sexo.
  4. Depresión y trastornos del estado de ánimo: La depresión, la ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo pueden afectar significativamente el deseo sexual. Estos trastornos pueden alterar el equilibrio químico del cerebro, disminuyendo el interés y el placer en las actividades sexuales.
  5. Medicamentos: Algunos medicamentos, como los antidepresivos, los anticonceptivos hormonales, los tranquilizantes y ciertos medicamentos para la presión arterial, pueden tener efectos secundarios que afectan el deseo sexual.
  6. Problemas de relación: Los conflictos no resueltos, la falta de comunicación o la insatisfacción en la relación de pareja pueden contribuir a la pérdida del deseo sexual.
  7. Experiencias traumáticas: Traumas pasados, abuso sexual o experiencias negativas relacionadas con el sexo pueden influir en el deseo sexual y generar aversión o temor hacia la intimidad.

Es importante tener en cuenta que la pérdida del deseo sexual puede ser temporal o crónica. Si el bajo deseo sexual persiste y causa angustia, es recomendable buscar ayuda profesional de un médico o un terapeuta sexual, quienes podrán evaluar y abordar las causas subyacentes y brindar el apoyo adecuado.

 

Cómo potenciar el deseo sexual

Potenciar el deseo sexual puede implicar una combinación de enfoques físicos, psicológicos y de estilo de vida. Aquí tienes algunas estrategias que podrían ayudarte:

  1. Comunicación abierta: Habla abierta y honestamente con tu pareja sobre tus deseos, fantasías y necesidades sexuales. La comunicación efectiva puede ayudar a fortalecer la intimidad y crear un ambiente más propicio para el deseo sexual.
  2. Reducción del estrés: El estrés puede afectar negativamente el deseo sexual. Busca formas de reducir el estrés en tu vida, como practicar técnicas de relajación, hacer ejercicio regularmente, dedicar tiempo a actividades placenteras o considerar la terapia de gestión del estrés.
  3. Estimulación sexual: Explora y experimenta con diferentes formas de estimulación sexual. Esto puede incluir juegos previos prolongados, fantasías eróticas, uso de juguetes sexuales o incorporación de nuevas prácticas sexuales que sean mutuamente satisfactorias para ti y tu pareja.
  4. Estilo de vida saludable: Mantener una alimentación equilibrada, hacer ejercicio regularmente y dormir lo suficiente puede contribuir a mejorar la energía y la salud en general, lo cual puede tener un impacto positivo en el deseo sexual.
  5. Mantén una buena salud sexual: Si sospechas que algún problema de salud, como desequilibrios hormonales o efectos secundarios de medicamentos, está afectando tu deseo sexual, es importante que consultes a un médico o a un especialista en salud sexual. Ellos podrán evaluar tu situación y ofrecer opciones de tratamiento adecuadas.
  6. Terapia de pareja o terapia sexual: Si el bajo deseo sexual persiste y afecta significativamente tu vida sexual y relación de pareja, considera buscar la ayuda de un terapeuta sexual o de pareja. Estos profesionales pueden ayudarte a explorar y abordar los factores subyacentes que pueden estar contribuyendo al bajo deseo y brindar estrategias específicas para aumentar el deseo sexual.

Recuerda que cada persona es única, por lo que es importante encontrar las estrategias que mejor se adapten a tus necesidades y circunstancias particulares. La clave es ser paciente, comprensivo contigo mismo y buscar el apoyo adecuado cuando sea necesario.

 

@estibaliz_psicologa

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