¿De verdad lo necesito?

Pobre no es el que tiene menos, sino el que necesitas más para ser inmensamente feliz.

          San Agustín

Llega la época navideña y con ello el momento del año del consumismo y generación de dopamina por excelencia.

Todos en algún momento de nuestra vida vamos a pensar que necesitamos algo, lo que te imagines, un coche (aunque tienes uno que va bien), ese móvil nuevo (aunque realmente te compraste uno el año pasado) o una pareja (por que estas convencido de que, si no, no eres feliz).

Importante, no tiene nada de malo en que te apetezca tener algún objeto en especial y el cariño o la atención de alguna persona. El problema surge cuando ese pensamiento se convierte en una necesidad o un deseo que si no la ves satisfecha en un periodo corto de tiempo, tu felicidad y tranquilidad se ve muy afectada.

A esto los llamamos creencias irracionales, que se caracterizan por ser exageradas (incluso falsas), nos producen malestar emocional y son inútiles (no nos ayudan a resolver ningún problema).

Esas creencias irracionales nos llevan a tener necesidades inventadas que a su vez nos conducen a una generación automática de insatisfacción. Cada necesidad inventada es una fuente de insatisfacción.

Ángel Domínguez, psicólogo/a colaborador del equipo de Calma Al Mar y la Asociación Española de Psicología Sanitaria AEPSIS

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