Saborear palabras: La sinestesia

¿Alguna vez has percibido un color de forma diferente a otra persona? Generalmente sentimos que nuestra percepción del mundo es un reflejo de la realidad y que el resto de las personas perciben lo mismo que nosotros. Sin embargo, nuestro cerebro es el encargado de recibir y procesar la información sensorial, por lo que tu visión del mundo depende de la manera en que tu cerebro procesa la estimulación recibida a través de los sentidos.

La experiencia nos enseña que en la percepción visual existe una discrepancia entre la realidad física y psíquica. Joseph Albers

Un caso peculiar de alteración de la percepción seria la sinestesia. La sinestesia es una condición neurológica donde la estimulación sensorial produce percepciones de otras áreas sensoriales que no han sido estimuladas, por ejemplo, saborear un alimento al escuchar el nombre de una persona.  

Se trata de una condición muy poco conocida que afecta al 0.05%-1% de la población, siendo más frecuente en mujeres que en hombres. La primera vez que se habló de sinestesia fue en 1980, donde un investigador de la época llamado Francis Galton observó que un pequeño porcentaje de personas tenía la peculiar capacidad de experimentar una estimulación sensorial en varios sentidos, es decir, podían palpar sonidos o saborear palabras.

En la actualidad se sigue investigando para conocer cuál es el origen de este cruce de sentidos, donde la hipótesis que presenta más apoyos es aquella que defiende el establecimiento de conexiones neuronales entre áreas del cerebro encargadas de procesar diferentes estímulos sensoriales, lo que estaría influyendo en la percepción que presentan estas personas. La asociación entre ambos sentidos puede ser muy variada, donde se pueden distinguir, entre otros, los siguientes subtipos:

  • Léxico-gustativa: donde las palabras van asociadas a un sabor. Por ejemplo, la palabra “armario” sabe a fresa.
  • Una letra, número, nombre o emoción se asocia a un color: por ejemplo, el nombre de Belén se asocia con el color amarillo.
  • Música-color: al escuchar música se ven colores y líneas que se mueven.
  • Persona-color: asociar una persona con un color o temperatura.

Como puedes comprobar se trata de un fenómeno peculiar y en el pasado muchas personas con sinestesia fueron mal diagnosticadas pensando que presentaban alucinaciones e incluso muchos de ellos fueron ingresados en hospitales psiquiátricos. En la actualidad existen una serie de criterios que permiten diagnosticar y diferenciar la sinestesia de otro tipo de condiciones (alucinaciones o alteraciones de los estados de conciencia):

  1. La percepción sinestésica es involuntaria y automática, es decir, las personas con sinestesia no pueden evitar, suprimir o eliminar la percepción si no se elimina el estímulo sensorial.
  2. Localizable en el espacio; generalmente estas personas perciben los estímulos en un espacio específico, en el caso de asociaciones entre palabras y colores, los colores se proyectan en un espacio en concreto y lo mismo ocurre en las sensaciones táctiles que se producen en una determinada región corporal.
  3. Consistente y genérica; a diferencia de otro tipo de condiciones, las personas con sinestesia perciben rasgos básicos como colores, texturas, sensaciones táctiles, etc.
  4. Duradera; diferentes investigaciones reflejan que estas asociaciones se mantienen a lo largo de la vida.
  5. De importancia emocional; están asociadas con emociones placenteras pero también con emociones negativas. Se han descrito casos de personas que asocian colores a caras humanas y escenas con contenido emocional. Ciertas personas percibían colores asociados a emociones positivas cuando eran expuestos a imágenes de seres queridos y colores asociados a emociones negativas cuando observaban personas que no eran de su agrado.

Por tanto, podemos observar que se trata de un fenómeno peculiar, pero que puede provocar cierta preocupación y ansiedad a quienes lo presentan ya que las personas de su entorno no comprenderán su forma de percibir el mundo.

Clara Martínez Cao

Psicóloga

Colaboradora del Centro de Psicología  Calma al Mar

 

 

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